2/5/10

Occidente es un accidente


Ella se depilaba la ingle mientras manejaba. Pero no pudo con aquel pelo renegrido aferrado a su carne cual molusco. El auto giró en una esquina y no vio un remolque enorme tirado por un camión más enorme aún. Fue un estrépito fugaz, como la justicia que aplica el azar (por no decir el destino) y un sol como huevo frito se derretía en el horizonte de la ciudad. Más alla, cómodamente asentada en una Ziploc transparente, yacía una pincita plateada de depilar como la evidencia de lo que no hay que hacer al conducir. Luchemos por la vida.

(Basado en esta nota, locamente real)

1 comentario:

juli dijo...

el karma de la depilación
que no diria locamente pero si lamentablemente
es real

quien fue el hijo de mil puta que impuso esa moda?
le declaro mi odio hasta que la muerte me aleje de la cera depilatoria