30/12/09

Infanta 2

La escuela me habría quitado el don de soplar panaderos. Recuerdo a los amigos que ya no son. “Que grande que estás, todo un hombre”. A punto matinée: salimos para entrar. Insertarnos. Te venden un vaso interminable de algo con alcohol, y bailan pechito con pechito, ¡porque si querés el ombligo, flor de cachetada! Subimos la radio en una tarde de sol, hacemos tereré, inventamos verdades, pagamos consecuencias. Tenemos el devedé con home theatre, pero la decisión es unánime: nos vamos a la pelopincho. El contador descuenta y el despertador no se enciende en tu F.M. favorita, sino en la voz de una empleada municipal que te llena los dedos de tinta, te saca una foto carné y te pide que vuelvas en un mes.

5 comentarios:

un ser común. dijo...

la pelopincho es el ícono de nuestras infancias menemistas!
me gusta mucho esta serie de textos sobre tu período de latencia (bruno dice: odio el psicoanálisis jaja). tenés que contar alguna anécdota sobre tu compañera, la hija de moria casán!
te quiero mucho bru, te extrañe estos días.
nos vemos en unas horitas en la feliz ;)

Mariana dijo...

me cuesta entender esto.

los años que nos separan tendrán que ver quizás.

pero no tienen que ver con los deseos de feliz año. asique, ahí van, Bruno.

Jacqueline dijo...

ojalá en un mes. Que frustrante cuando nos enteramos que tenemos que empezar a crecer, dejar de mirar dibujitos, empezar a llorar por amor, dejar los albunes de figuritas y dejar de hacernos pis encima

Un cambio fuerte

Jacqueline dijo...

me quedo la duda de si albumes o albunes.. contestame bruno a la brevedat si sabes

rappelez--vous dijo...

buen blog, esa canción me hiciste rememorar viejos tiempos. já. un beso